Hay cosas que tenemos que aprender, yo a mentir y tú a
decirme la verdad, yo a ser fuerte y tú a mostrar debilidad, tú a morir y yo a
matar. Tu a hablar menos y a sentir más, yo a sentir menos y callar menos aún.
Porque las personas que más sienten son las que menos hablan. Simplemente lo
demuestran.
Te acabas cansando de demostrar y demostrar y de sentir
tanto que el corazón se te encoge en un puño y te duela hasta rabiar, no poder
evitarlo y crear un océano de agua salada y que solo se entere la almohada. Suelo
querer más de lo que debo. Aprendo mil veces de la lección pero esta me susurra
y me incita al mal camino de nuevo. Sin quererlo enredo los hilos de la vida
hasta crear un ovillo y lo vuelvo a deshacer. Algo que no tiene fin, un bucle
que nunca cesa. La felicidad no acepta sobornos. Le entregue mi corazón y me lo
devolvió hecho trizas. Lo bueno de perder tantas veces, es que llega un momento
en que no esperas nada más.